Como cada año, en cumplimiento de la normativa europea (Directiva 2010/63/UE) y española (RD 53/2013) el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA), publica en su web las estadísticas del número de usos de animales en investigación, enseñanza y otros fines correspondientes al año anterio: 2022. En los últimos años hay que agradecer los esfuerzos del ministerio proporcionando las cifras de forma clara y descargable y algunos gráficos que ayudan a comprender el destino de los animales usados en experimentación animal en nuestro país. Sin embargo, para tener una mejor visión histórica, un recorrido por el número de usos de animales que llevamos acumulados desde que hay cifras registradas (2009), procedo a graficar los números anuales y a referirlos a los usos anteriores para poder ver y analizar de forma más visual la evolución en los usos de animales en España. Estos gráficos los preparo y comparto desde mi membresía en la Comisión COSCE de Estudio del Uso de Animales en Investigación Científica, desde donde vamos colgando este y otros informes a disposición de quien quiera revisarlos, como una más de las iniciativas por la transparencia en experimentación animal. En este blog he recogido y comentado los informes de usos de animales de los años 2021, 2020, 2019, y 2016. En esta nueva entrada comentaré los usos de animales del año 2022 en España.
El MAPA recaba la información de usos de animales que le proporcionan las comunidades autónomas. De nuevo, en 2022, una de las comunidades autónomas, Andalucía en esta ocasión, solamente ha proporcionado información parcial de los animales usados en 2022. Algo parecido sucedió en 2019, cuando la comunidad autónoma de Castilla y León no proporcionó datos al ministerio, como era su obligación.
La primera de las gráficas nos muestra el número de usos totales de animales por año, entre 2009 y 2022. Se observa que, tras una paulatina reducción en el número de usos de animales, los dos últimos años han representado un cambio en la tendencia, con valores superiores a los diez últimos años, que recuerdan a los valores de 2009 y 2010. A pesar de ello debemos resaltar que existe una reducción en el 13% desde 2021 y en el 20% de usos de animales desde 2009. Los valores que descabalgan y trastocan la serie histórica son debidos a la introducción de experimentos con peces, en concreto con larvas de peces de alimentación autónoma que, de acuerdo con la ley, deben ser contabilizadas una a una (como si de un ratón o un primate no humano se tratara), lo cual carece de sentido y obliga a explicar estas cifras con mayor detalle. Algo parecido sucedió el año pasado (2021), cuando más de medio millón de larvas de lubina impactaron en las estadísticas anuales de usos de animales.
Por el contrario, si eliminamos los peces de las estadísticas anuales, para evitar estas alteraciones repentinas, tendremos una gráfica histórica más razonable y comprensible, en la que se constata un ligero aumento en el número de usos de animales (+5%) desde 2021 y se confirma una reducción en el número de animales usados (-13%) desde 2009.
Al eliminar los peces de la ecuación pasamos de 1.123.245 a 708.981 usos de animales en 2022, descontando 414.264 usos de peces, mayoritariamente de larvas de peces de alimentación autónoma (en 2021 fueron mayoritariamente lubinas), utilizadas en estudios de producción y de resistencia a infecciones. Estos números tan altos de peces deben contextualizarse y tratarse por separado, para su mejor comprensión.
Desde la actualización legislativa abordada por la Directiva 2010/53/UE se contabilizan los usos de animales (no los animales en sí mismos), teniendo en cuenta que algunos animales pueden reutilizarse en investigación, si se cumplen los requisitos indicados de bienestar animal, contribuyendo así a la reducción en el uso de animales en experimentación. Así pues, en 2022, 1.112.876 (99,1%) animales fueron usados por primera vez y apenas 10.369 (0,9%) fueron reutilizados, una anotación que apenas se percibe en la gráfica adjunta.
Nuevamente el destino mayoritario de los usos de animales es la investigación, que asciende al 86,7% de los usos registrados de animales, seguido del uso reglamentario (validación de candidatos vacunales, validación pre-clínica de terapias génicas o tratamientos destinados a ser ensayados posteriormente en humanos, etc…).
Otra de las novedades que trajo la Directiva 2010/63/EU fue la obligación de calificar la severidad (el daño/trastorno/malestar/dolor inflinjido) de cada uno de los procedimientos usados con animales, según la categoría, de mayor a menor severidad: sin recuperación, severo, moderado, leve. De nuevo en 2022 la gran mayoría (91%) de procedimientos aplicados sobre animales son o bien moderados o leves, mientras que apenas un 7% de los procedimientos llevan la consideración de graves o severos. Con algunas variaciones, estas son cifras que se han venido observando desde 2014, cuando se empezó a recolectar la severidad de los procedimientos.
En 2022 el grupo de animales mayoritariamente usado son los roedores (47%), recuperando la prevalencia mantenida en la series histórica, y la posición que perdió en 2021 al ser sobrepasado por los peces, que ahora en 2022 pasan a un segundo lugar (37%), seguido por las aves (12%), en tercer lugar, y a mucha mayor distancia por el resto de grupos de animales.
En 2022, los roedores representan el 47% de usos registrados de animales, casi la mitad de los animales que se usaron en España el año pasado, algo más de medio millón de roedores. Y, dentro de los roedores, en su inmensa mayoría (89%) son ratones, seguidos a gran distancia por las ratas (9%), cobayas (2%) y otros roedores usados minoritariamente.
En relación a los peces, la segunda categoría de animales más usados en España (37% del total), en su gran mayoría (70%) son diversas especies de peces incluídas dentro del grupo de «otros peces», seguidos de las lubinas (16%) y los peces cebra (11%), uno de los modelos más usados en investigación biomédica.
También desde la entrada en vigor de la Directiva 2010/63/EU se recogen los datos correspondientes a las posibles modificaciones genéticas (transgénicos/mutantes/editados) que afectan a los animales usados y su posible repercusión en el fenotipo, es decir, en el bienestar animal. En 2022 aproximadamente tres de cada cuatro (74%) no fueron animales modificados genéticamente y, del resto, que si constaban como OMG, solamente el 4% presentó alguna patología digna de ser mencionada, mientras que el 22% no mostraban fenotipo o patología alguna asociado a la modificación genética. Se observan números y porcentajes similares en la serie histórica desde 2014.
En relación a los animales de granja se constata un aumento en el uso de aves (alrededor de 140.000) y cerdos (menos de 12.000), así como una reducción sensible tanto en el número de conejos (menos de 15.000) y vacas (alrededor de 1.500) usadas en experimentación animal. En este contexto es necesario resaltar que se usaron exactamente 11.378 cerdos destinados a la investigación, enseñanza y otros fines, para más de 56 millones de cabezas de cerdo criados y sacrificados para alimentación. Estas cifras indican que por cada uno de los cerdos que se usa en investigación se destinan casi 5.000 cerdos a la alimentación, lo cual ayuda a poner estos números en perspectiva. Los once mil cerdos que se usaron en investigación apenas representan el 0,02% de los cerdos criados y usados en España.
En relación a otras especies de mamíferos hay que resaltar un incremento relativo substancial en el número de cabras usadas en investigación (más del triple), que, sin embargo, en valores absolutos sigue representando alrededor de 500 individuos. Algunas más ovejas, más de 2.000, fueron las que se usaron en investigación, y unos 450 équidos (burros, caballos, asnos…). Finalmente indicar que se ha producido un ligero incremento en el uso de primates no humanos (fundamentalmente macacos), que incluye alrededor de 700 animales usados en España durante 2022. Estos son números muy bajos. 700 primates frente a un total de 1.123.245 animales en total, lo que representa apenas el 0,06%. De cada 1.700 animales que se usan en investigación en España solamente uno es un primate no humano.
En relación a perros y gatos, dos especies muy cercanas a la actividad humana, generalmente adoptadas como mascotas, que suscitan los mayores niveles de empatía entre la población, junto con los primates no humanos por razones obvias, los números siguen siendo contenidos y reducidos. En 2022 se usaron unos 1.500 perros en investigación (exactamente 1511) y alredor de la mitad de gatos (exactamente 739) en experimentación animal en España. Tanto perros como gatos siguen siendo indispensables en investigación biomédica y es importante interpretar estos números en su justa medida. En relación al total de usos de animales en España en 2022 (1.123.245) los porcentajes de usos de perros y gatos apenas representan un 0,1% y un 0,07%, respectivamente. De cada 1.000 animales que se usan en investigación en España solamente uno es un perro. De cada 1.400 animales que se usan en investigación en España solamente uno es un gato.
Finalmente, los cuatro últimos grupos de animales usados en España en investigación, docencia y otros fines son los otros mamíferos (como los mustélidos, hurones y especies similares), los anfibios (ranas, sapos, tritones,…), los reptiles (lagartos, serpientes,…) y los cefalópodos (pulpos, calamares, sepias), que son los únicos animales invertebrados recogidos en la legislación de protección de animales usados en investigación. En estos cuatro grupos se observan ligeras variaciones en relación a los usos reportados en 2021, ligeramente a la alta para otros mamíferos, anfibios y cefalópodos, y a la baja en reptiles.
Si observamos las diferencias en porcentaje de usos de animales de los diferentes grupos reportados en 2022 en relación a los valores registrados en 2021 veremos que la mayoría de grupos tienen variaciones o negativas o positivas bien por debajo del 50%, con la excepción de las cabras, que registraron un aumento muy significativo, en números relativos, en 2022, a pesar de que siguen siendo números muy bajos en números absolutos.
El esfuerzo que hace el MAPA recogiendo todos estos datos y poniéndolos a disposición de la ciudadanía, y las gráficas que preparo para que todos estos números y variaciones sean más comprensibles son ejemplos de transparencia en experimentación animal.