Desarrollo de organoides cerebrales a partir de tejido cerebral fetal humano

Por Lluis Montoliu, el 8 enero, 2024. Categoría(s): embriones • ética • experimentación animal • organoides • tribuna de opinión
Imagen ampliada de una parte de un organoide cerebral fetal humano. Las células madre están marcadas por cian y las células neuronales están coloreadas de rosa a amarillo en función de la profundidad. Autores: Princess Máxima Center, Hubrecht Institute/B Artegiani, D Hendriks, H Clevers. Artículo original publicado en la revista Cell.

Los organoides son agrupaciones multicelulares creadas en el laboratorio a partir de células madre embrionarias o células madre presentes en tejidos que pueden reproducir algunas de las funciones celulares del órgano al que representan. Existen organoides de prácticamente cualquier órgano (riñón, hígado, páncreas, pulmón…) y también de cerebro. Estos últimos son los que, lógicamente, suscitan mayores dilemas éticos. ¿Cuándo un organoide de cerebro podría desarrollar alguna capacidad de pensamiento o conciencia aunque fuera lejanamente parecida a la que tiene un cerebro humano?

Estas estructuras celulares han tenido mucho éxito en los últimos años en investigación biomédica. En particular, porque han permitido reemplazar muchos experimentos que se realizaban usando animales de laboratorio. Por eso los organoides son el ejemplo más evidente de métodos alternativos a la experimentación animal. Se pueden derivar organoides tanto de células o tejidos de personas sanas como enfermas. Exponer organoides a una batería de medicamentos experimentales para determinar cuál es el que tiene mayor trascendencia terapéutica permite evitar usar muchos animales que habitualmente se habrían utilizado para experimentos similares.

Ahora bien, los organoides no son equivalentes a los órganos que modelan. Ni en complejidad ni en diversidad de tipos celulares. Por eso deberíamos mantener la cautela a la hora de interpretar los resultados que podamos derivar del uso de organoides en investigación. En mi opinión, el uso de organoides es complementario (no sustitutivo enteramente) a los experimentos con animales, que todavía siguen siendo indispensables. Y eso se puso de manifestó de forma directa con los organoides de cerebro. En 2022 el laboratorio de Sergiu Pasca inyectó células neuronales derivadas de organoides de cerebro humano en el cerebro en desarrollo de ratas recién nacidas, consiguiendo que aquellas se diversificaran en varios tipos celulares, muchos más de los que habitualmente habrían aparecido in vitro en los organoides. En ese experimento se consiguió demostrar la función de estas neuronas, lo cual tenía evidentes repercusiones en el análisis de organoides de cerebro derivados de personas con enfermedades neurológicas. Era una demostración palpable del argumento expuesto: los organoides complementan, no sustituyen a la experimentación animal.

Ahora, un grupo de investigadores holandeses publica en Cell la generación de nuevos organoides de cerebro obtenidos a partir de fragmentos de tejido cerebral fetal humano, procedentes de abortos en hospitales, donados para la investigación. La mezcla de fragmentos tisulares (y no, como hasta ahora, de células aisladas individualizadas) parece generar unos organoides cerebrales de mayor calidad y complejidad celular, capaces de reproducir en cultivo muchos de los tipos celulares presentes en un cerebro humano. El nuevo trabajo documenta exhaustivamente la utilidad de estos nuevos organoides de cerebro humano, de origen fetal, para intentar reproducir la arquitectura y función de un órgano tan complejo como el cerebro en el laboratorio.

Bienvenida sea esta evolución técnica y práctica en la generación de organoides de cerebro. Estoy seguro de que permitirán avanzar en algunos aspectos de la fisiología del sistema nervioso central. Es de esperar que los siguientes experimentos permitan obtener organoides similares derivados de cerebros fetales con alguna enfermedad neurológica, para evaluar su interés en el estudio de patologías que afectan al sistema nervioso central, dado que los que ahora se reportan derivan de fetos en principio sanos. Sin embargo, no olvidemos que la mayoría de enfermedades, por no decir todas, aparecen por un mal funcionamiento del cuerpo, en su conjunto, con alteraciones en la interacción entre diferentes órganos y tejidos, con disfunciones en nuestro sistema inmunitario. Y todos estos aspectos, por el momento, no los podemos reproducir en organoides. Seguimos necesitando el uso estrictamente regulado de animales de experimentación, que complementan los avances en organoides como el que hoy se presenta ante la comunidad científica.

Esta reacción rápida se publicó originalmente en Science Media Centre España, el dia 8 de enero de 2024



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