Ya son unos cuantos los documentales que se han hecho en relación a los orígenes y las aplicaciones de las herramientas CRISPR de edición genética. En este nuevo artículo voy a comentar un documental realizado en 2017, que no había tenido ocasión de ver hasta ahora, y que merece un visionado, incluso en 2020, tres años después, lo cual en el universo CRISPR es una cantidad de tiempo muy considerable. El documental se titula «The CRISPR revolution» y fue escrito y dirigido por Claudia Ruby en 2017, producido por Längengrad para la cadena de televisión regional del sudoeste alemana SWR, que emite principalmente a los estados de Baden-Württemberg y Rhinenland-Palatinate. El documental, de una hora de duración, fue emitido y puede verse (hasta el 30 de agosto) a través del espacio de RTVE «La noche temática«, y también (mientras esté disponible) a través de YouTube.
En este mismo blog he tenido ocasión de comentar otros dos documentales científicos CRISPR: el largometraje «Human nature» (naturaleza humana) dirigido por Adam Bolt en 2019, y la serie documental de cuatro capítulos «Unnatural selection» (selección antinatural), también de 2019, producida y difundida a través de la plataforma Netflix.
El documental «The CRISPR revolution» se grabó durante 2017 en diferentes localizaciones de EEUU, Canada, Reino Unido y Alemania. Es por lo tanto anterior a la sentencia de julio de 2018 por la que el Tribunal de Justica de la UE dictaminó que los organismos editados genéticamente deben considerarse como transgénicos y, como tales, susceptibles de generar un riesgo para el medio ambiente y para las personas que exige la preparación del dossier descrito en la Directiva Europea 2001/18 para su eventual aprobación, una decisión polémica y sin justificación científica que representó un mazazo para la biotecnología vegetal europea y significó, de nuevo, perder el tren del progreso y de la innovación, como tuve ocasión de explicar en este vídeo grabado para la Fundación Antama.
El documental es también anterior al desgraciado e irresponsable experimento de He Jiankui, que conocimos a finales de noviembre de 2018, y que supuso la creación, por vez primera, de tres seres humanos, tres niñas chinas, con su genoma editado genéticamente por CRISPR. Este experimento acabó, al cabo de poco más de un año, con el investigador responsable y sus colaboradores en prisión, haciendo frente al pago de fuertes multas e inhabilitados de por vida.
Es importante esta contextualización temporal del documental para entender ahora las opiniones y comentarios de varios expertos que aparecen en el mismo, grabadas en 2017. Por ejemplo cuando comentan que no deberían usarse las técnicas CRISPR de edición genética para editar la línea germinal, esto es, los embriones humanos con fines reproductivos, como algo teóricamente posible pero no realizado hasta entonces. O, por ejemplo, cuando aparecen unos mejoradores de plantas en Alemania, dispuestos a incorporar la tecnología CRISPR en la obtención de nuevas variedades vegetales, siempre y cuando en la Unión Europea no tengan la consideración de organismos transgénicos, como finalmente así fue.
Este documental alemán también es singular por otras cuestiona. Por ejemplo, solamente aparece la investigadora francesa Emmanuelle Charpentier, actual directora del Instituto Max-Planck de Biología Infectiva en Berlín, y una de las descubridoras de la tecnología CRISPR de edición genética, junto a la investigadora norteamericana Jennifer Doudna y al microbiólogo lituano Virginijus Siksnys. Jennifer Doudna aparece tanto en Human Nature como en Unnatural selection, no así Emmanuelle Charpentier, que solo aparecen eh Human Nature, pero que sin embargo es la protagonista de este documental realizado desde Europa, desde Alemania, frente a los otros dos, de factura estadounidense.
De igual manera como usaron posteriormente los documentales CRISPR Human Nature y Unnatural selection también en The CRISPR revolution se ilustran las posibilidades terapéuticas de la edición genética en biomedicina con casos particulares, con pacientes afectos de enfermedades raras graves, incurables y congénitas. En esta ocasión el hilo conductor es Gavriel Rosenfeld, un chico joven británico afectado por distrofia muscular de Duchenne (DMD). Esta es una enfermedad rara, causada por mutaciones en el gen de la distrofina, que afecta aproximadamente 1 de cada 5000 niños nacidos y que supone una degeneración progresiva de los músculos que suele empezar por las piernas, que rápidamente se paralizan y requieren el uso de sillas de ruedas por parte de los pacientes a partir de los 12-13 años, como el caso de Gavriel. La expectativa de vida promedio es de alrededor de 30 años. En este caso el documental muestra la investigación del laboratorio de Ronald Cohn (SickKids, Toronto, Canada) que está intentando aplicar la tecnología CRISPR para corregir la mutación de Gavriel y de otros pacientes de DMD, si no para curarles por lo menos para detener el deterioro irreversible de la enfermedad, de final actualmente fatal e inevitable.
También se detallan en el documental los esfuerzos del investigador Toni Cathomen en Freiburg (Alemania), en colaboración con la médico Susanne Usadel, también de Freiburg, para utilizar CRISPR con objeto de curar a personas portadoras del VIH (virus de la inmunodeficiencia humana), causante del SIDA, eliminando la puerta de entrada del virus a los linfocitos, el receptor CCR5.
Pero si en algo destaca este documental The CRISPR revolution y lo diferencia de los otros dos es en la nada desdeñable porción del metraje del largometraje que dedica a las aplicaciones CRISPR de edición genética en biotecnología vegetal, para la obtención de plantas resistentes a la sequía, a plagas o con características especiales, generadas por estos nuevos procedimientos de mejora genética. El documental explica las diferencias entre organismos transgénicos y genéticamente editados que también tuve ocasión de explicar en este vídeo de la Fundación Antama, y ofrece las visiones de diversos colectivos, con opiniones enfrentadas. El abanico de opiniones presentadas incluye a la empresa DuPont Pioneer en sus instalaciones de Iowa (EEUU), que ha obtenido un nuevo maíz ceroso, con un almidón brillante (waxy corn) mediante CRISPR, la genetista Pamela Ronald (UC, Davis, CA, EEUU) que está desarrollando plantas de arroz resistentes a la sequía mediante CRISPR, el agricultor ecologista estadounidense Raoul Adamchak, que reniega del uso de cualquier método químico para tratar a sus plantas cultivadas ecológicamente, pero que sin embargo aceptaría usar CRISPR como una técnica adicional de mejora genética, si le autorizarán a cultivar y a vender sus plantas.
En Europa el documental entrevista a un productor de vegetales ecológicos, Felix Prinz zu Löwenstein, que se manifiesta en contra de la introducción de esta tecnología CRISPR para mejorar genéticamente las plantas. Y también al mejorador vegetal Heinrich Böhm, dispuesto a aplicar las tecnologías CRISPR para mejorar sus variedades de patata y hacerlas resistentes a plagas, mediante la introducción de genes que confieren resistencia a esas plagas, de la variedad salvaje de la patata a las variedades actuales de producción, sin necesidad de seguir la vía tradicional de múltiples cruces y generaciones hasta conseguir trasladar el gen deseado entre las dos variedades. Desgraciadamente, tras la sentencia de julio de 2018 por parte del Tribunal de Justicia de la UE, queda claro que Felix le ganó la partida a Heinrich, y con ello supuso un nuevo freno al desarrollo de innovaciones en la biotecnología en Europa.
En resumen, The CRISPR revolution es un buen documental CRISPR de visión recomendable, realizado desde una óptica europea, que repasa potenciales aplicaciónes de la edición genética no solamente para curar a pacientes de enfermedades graves sino para generar nuevas variedades de plantas mejor adaptadas al medio ambiente o con características beneficiosas.
Creo que se puede utilizar crispr para cortar una parte del arn común a todos los coronavirus y editar frases palindromicas que ataquen a todos estos sin que tenga que ser exactamente el Cobid 19 , sino a todos los de la familia de este sean inocuos o no pues se le puede dar a crispr CAS el oficio para el que en principio lo usan las arqueas y bacterias.
También se podría utilizar para introducir repetidas veces en bacterias como e coli u otras la proteína MSI 1436 y producirla masivamente para diversas curaciones de patologías.
A mi el documental y la información q busque sobre la tecnica CRISPR, me creo mucha ilusión. Tengo una nieta con síndrome Rett y esto supone una gran ventana de ilusión. Me parece un crimen q condenen estas investigaciones aunque entiendo que se tendrían q marcar prioridades y recuperar personas con problemas genéticos debería ser la primera opción. También es muy importante luchar contra el hambre en el mundo y está sería una manera de hacer el proyecto rentable.
Claro q si entramos en la consideración de q somos demasiados en este mundo y las élites del poder quieren sacudirse el exceso como pulgas… Esto solo quedará para uso y disfrute de ellos pq la investigación nunca se para aunque sea en secreto.
Hola,
Por entenderlo bien, con esta edición genética, ¿se quiere decir que una persona con una enfermedad, por ejemplo la ataxia, dejaría de tenerla si se consigue controlar y establecer como tal el tratamiento?
Sobre el papel esta técnica es capaz de corregir y fijar cualquier error genético causante de una enfermedad. Ahora bien, debemos procurar que este cambio sea todo lo seguro que pueda ser, minimizando riesgos y maximizando beneficios.