«Recuerden esta palabra: CRISPR» comentó George Church en junio de 2013, en un congreso sobre «Global Future 2045«. Esta es una de las muchas declaraciones, comentarios y confesiones que aparecen en este soberbio documental cinematográfico sobre el origen, el descubrimiento, el desarrollo y las múltiples aplicaciones de las herramientas CRISPR de edición genética. Human Nature (Naturaleza Humana) es una película de 90 minutos dirigida por Adam Bolt en 2019 que acaba de ser incluida en el catálogo de documentales de Netflix, en versión original (en inglés) con subtítulos opcionales en castellano. Adicionalmente, y hasta el 7 de junio de 2020, puede disfrutarse una versión doblada al español en el programa «La noche temática» de RTVE.
No abundan los buenos documentales de larga duración que consiguen mantener tu atención del primer al último segundo de metraje. Este es el caso de Human Nature. Sirve perfectamente para aprender, para entretenerse aprendiendo desarrollos científicos modernos y, para lo que también sirve es para verlo en familia, con amigos o colegas, para generar un buen debate y propiciar un estupendo cine forum en casa o en el aula, donde sea que se proyecte. Human Nature es una película cinematográfica documental, científica, que relata de forma magnífica la historia de las herramientas CRISPR de edición genética, con muchos de sus protagonistas, y que se adentra en las aplicaciones biomédicas, con historias humanas contadas en primera persona, con esperanza, con sensatez y planteando muchas preguntas sobre lo que podemos hacer y sobre lo que debemos y no debemos hacer. En definitiva, un excelente documental cuya visión es más que recomendable.
Este documental cinematográfico lo imaginó y rodó Adam Bolt entre 2018 y 2019. Se estrenó en noviembre del 2019 (aquí podéis ver el trailer con el que se anunciaba) y ha tenido su recorrido comercial en las salas de cine. Hace unos pocos días Francis Mojica (Universidad de Alicante), uno de los protagonistas de la película (y de la historia de las CRISPR), me avisó que los productores le habían anunciado que el film ya estaba disponible en la plataforma Netflix.
En Human Nature no están todos los que son, pero son todos los que están. En la película podréis ver y escuchar, de primera mano, a los investigadores Matthew Porteus, Paul Berg, Fyodor Urnov, David Baltimore, Feng Zhang, Jennifer Doudna, George Church, Emmanuelle Charpentier, Rodolphe Barrangou, Luciano Marraffini, Francis Mojica, Jill Banfield, George Daley, Jorge Piedrahita, Luhan Yang, los bioeticistas Alta Charo y Hank Greely, el periodista del MIT Technology Review Antonio Regalado y muchas más intervenciones. Probablemente falten alguno de los investigadores clave en la historia de las CRISPR, que menciono en mi página web sobre CRISPR en el CNB, pero lo cierto es que todos los que aparecen son personas relevantes cuya contribución ha sido decisiva en la revolución actual de las herramientas de edición genética por excelencia: CRISPR-Cas9.
El documental está lleno de referencias cinematográficas a otras películas míticas como Blade Runner (1982), GATTACA (1997), Jurassic Park (1993) o a libros premonitorios como «Un mundo feliz» (Brave new world, 1932) de Aldous Huxley. Veréis la sala impresionante de la empresa Synthego donde hay decenas de sintetizadores de guías RNA que pedimos investigadores de todo el mundo para poder aplicar las técnicas CRISPR en nuestros laboratorios. Hasta aparece el mismísimo Vladimir Putin hablando de la revolución que representa el universo CRISPR!.
Francis Mojica es entrevistado en las salinas de Santa Pola (Alicante), de donde provienen las arqueas Haloferax mediterranei que utilizó para descubrir las primeras repeticiones CRISPR en 1993, y las imágenes que aparecen son bellísimas. En general, la película consigue no solo transmitir ciencia de primer nivel de forma entendible sino que muestra el lado humano de los investigadores, su personalidad. La proximidad y bonhomía de Francis Mojica; la humildad y sencillez de las explicaciones de Matthew Porteus; la sorprendente juventud y tranquilidad como se expresa Feng Zhang; la profundidad del mensaje en las palabras de Jennifer Doudna, una aristócrata de la ciencia; la sinceridad en la confesión de Jill Banfield (que fue la primera microbióloga de Berkeley que le habló de CRISPR a Jennifer Doudna, y que cree que eso sera lo que pondrán en el epitafio de su tumba); la seguridad y vehemencia de Rodolphe Barrangou (atentos a la matrícula de su coche, que ya nos dice todo de este cientifico), que fue quien demostró en 2007 que los sistemas CRISPR servían a las bacterias para defenderse de los virus (como había encontrado Francis Mojica en 2003 y publicado en 2005); los dilemas éticos que plantea y lanza con certera claridad Alta Charo, que presidió el comité de la Academina Nacional de Ciencias de EEUU que emitió un informe en 2017 en el que, por vez primera, se hablaba en positivo, de permitir abordar terapia génica en la línea germinal, pero tras cumplir una larga lista de condiciones, «por no ser algo intrínsecamente malo, sino éticamente defendible». También aparece varias veces George Church, el investigador visionario de Harvard, que presenta varios de los experimentos sorprendentes de su laboratorio, desde los cerdos para xenotransplantes libres de retrovirus, hasta su iniciativa de revitalizar (desextinguir) el mamut lanudo.
A diferencia de la serie, también en Netflix, «Selección antinatural«, que también hablaba de CRISPR, pero que destinaba una cantidad probablemente excesiva de tiempo a presentar las actividades ilícitas, peligrosas y éticamente discutibles de los biohackers (biopiratas), en este documental Human Nature no tiene cabida la pseudociencia, aunque la referencia al banco de esperma de investigadores premiados con el Nobel, para generar bebés supuestamente más inteligentes (cuando todavía no sabemos a ciencia cierta cuál es la base genética de la inteligencia), como uno de los ejemplos de «bebés de diseño» «a la carta» para ilustrar actividades eugenéticas se le acerca bastante. Hablando de Eugenesis los responsables del documental no olvidan mencionar una de las lacras más inaceptables y desafortunadas de la historia reciente norteamericana, como fue el programa de esterilización de discapacitados que se llevó a cabo en el estado de Virginia entre 1924 y 1972 e involucró la esterilización forzada de más de 8500 personas con alguna discapacidad, «inadaptados» les llamaban.
Lo que me gustó más de «Selección antinatural» vuelve a ser lo que me gustaría resaltar para terminar este comentario sobre Human Nature. Aparecen dos enfermedades de base genética, y nos la presentan sus propios protagonistas. Un chico joven afectado por anemia falciforme y una familia con una niña con albinismo. Para la primera patología, grave, que suele causar una muerte temprana en la población infantil en África y una expectativa de vida limitada en el mundo occidental, con tratamiento (transfusiones de sangre periódicas), las herramientas CRISPR pueden significar una posibilidad de corrección, pues solamente hay que corregir una sola letra mutada del gen que codifica la beta-globina presente en la hemoglobina. Con posterioridad a la grabación de este documental se describió una terapia pionera para reactivar genes fetales en adultos que ya ha dado sus primeros éxitos tratando en ensayos clínicos a pacientes con anemia falciforme. En cuanto al albinismo, la familia nos plantea la evolución de su percepción sobre esta condición genética (asociada a una deficiencia visual importante, además de a una falta de pigmentación), situación que acaban aceptando con normalidad y descartan cualquier intervención genética para restaurar el gen mutado de su hija.
En definitiva, un excelente documental, que llena 90 minutos de conocimiento y de noticias históricas, que repasa la historia reciente de las CRISPR, y que además de enseñar entretiene. ¿Se puede pedir más? Aprovechad y vedlo en RTVE, disponible en La noche temática hasta el 7 de junio de 2020.
Un gran documental, sí señor, y además doblado al español, para mayor comodidad. Gracias.