Uno de los temas más complejos y recurrentes en el universo CRISPR ha sido y sigue siendo la batalla por la propiedad intelectual de los derechos de las aplicaciones de las herramientas CRISPR de edición genética. Emmanuelle Charpentier y Jennifer Doudna propusieron en junio de 2012 que los sistemas CRISPR de defensa que había descubierto Francis Mojica en 2005 podrían convertirse en unas herramientas de edición genética, que permitiera editar cualquier gen de cualquier organismo. Sin embargo fueron Feng Zhang y George Church quienes en enero de 2013 demostraron que estas herramientas CRISPR de origen bacteriano servían para editar genes. Las diversas instituciones donde realizaron estos descubrimientos Emmanuelle Charpentier y Jennifer Doudna por un lado, como Feng Zhang por otro, registraron sendas patentes en el año 2012, para proteger sus invenciones y obtener los derechos exclusivos de aplicación industrial o comercial de estas herramientas CRISPR. En EE.UU. fue Feng Zhang y el instituto BROAD del MIT quien se alzó con la patente, al aprobarse en abril de 2014. Mientras que en Europa han sido las empresas promovidas por las dos investigadoras las que han consolidado sus derechos de patente de uso de las CRISPR. En EE.UU. sigue el litigio abierto, con las sucesivas demandas de interferencia registradas por la Universidad de California (en Berkeley), que representa los intereses de Jennifer Doudna y Emmanuelle Charpentier. Demandas de interferencia que han ido siendo desestimadas sucesivamente por el tribunal de apelación de la Oficina de Patentes estadounidense. En estos momentos, un investigador que quiera operar tanto en EE.UU. como en Europa tiene que subscribir no una sino dos licencias no exclusivas para poder utilizar las herrramientas CRISPR en sus experimentos, desarrollos, servicios o productos, respetando los derechos de los dos grupos que todavía hoy mantienen abiertos los frentes de lo que se ha venido a llamar: la batalla de las patentes CRISPR.
En este webinar, titulado «Las herramientas CRISPR: perspectivas de futuro«, impartido el 29 de octubre de 2020, dentro del Modulo de Patentes, Transferencia de Tecnología e Innovación Digital, del Máster en Propiedad Intelectual e Innovación Digital, Magister Lucentinvs de la Universidad de Alicante (XXVII edición), dirigido por la Profesora Pilar Íñiguez, explico la historia de cómo surgieron las diferentes invenciones científicas que dieron lugar primero a la aparición de las herramientas CRISPR y, posteriormente, al depósito de las diversas patentes y los sucesivos litigios y disputas que aparecieron y que todavía no se han disipado.
La ilustración que acompaña a esta entrada (Labiotech, marzo 2018) creo que transmite con suficiente claridad la tremenda complejidad de empresas, inventores, instituciones y aplicaciones de las herramientas CRISPR y sus intrincadas interconexiones, lo cual hace que el panorama comercial de las patentes CRISPR y las licencias exclusivas y no-exclusivas resultantes sea de igualmente difícil de desentrañar. Toda la libertad, prácticamente sin límites (más allá de los que impone la legislación y los principios éticos) que disfrutamos los investigadores académicos para poder echar a volar nuestra imaginación y desarrollar infinitas aplicaciones para las herramientas CRISPR se contrapone con la implacable realidad del muro de patentes y empresas que exigen interminables y costosas negociaciones antes de poder utilizar estas maravillosas herramientas en desarrollos industriales o comerciales.
De todo ello hablo en este webinar titulado: «Las herramientas CRISPR: perspectivas de futuro«
No, se pero mi intuición y mi sentir me dicen que aqui hay mucha cara dura, y que las investigaciones de unos han sido aprovechadas por otr@s para sus interes. Los grandes paises y las grandes corporaciones parece que manejan esto a su antojo. Llegaron los ultimos y se ponen los primeros. En cambio, los cientificos de la primera ola de descubrimientos lo compartieron todo para hacer avanzar a la ciencia y se estan quedando atras y fuera de los grandes premios y las grandes compensaciones. Veremos en que acaba todo esto, porque aqui hay mucha tela que cortar y no precisamente con CRISPR Cas…pero esto quedara para la historia como algo que raya la poca justicia y dignidad para con la ciencia internacional, porque aqui parece que priman otros intereses y valores. Supuestamente.
Como minimo, para que haya justicia, Mojica por ejemplo deberia recibir el premio Princesa de Asturias y el Nobel de medicina y parte de la patente. Digo yo. Eso si seria JUS-TI-CI-A o mejor dicho…seria JUS-TO.