¿Cuánto cuesta un proyecto para investigar en biomedicina? Probablemente la gente diría que mucho dinero. Pero, ¿cuánto es mucho dinero? En los proyectos de investigación se habla de miles, de centenares de miles, hasta de millones de euros con aparente soltura. Cifras que son extrañas a la mayoría de la gente, que bastante tiene con llegar a fin de mes y cubrir gastos, cuando lo consiguen. Puede por ello parecer inoportuno o desconsiderado hablar de lo que cuesta investigar, cuando una parte importante de la sociedad tiene problemas esenciales para sobrevivir dignamente.
Sin embargo, creo que aportar cifras a este debate puede ser útil para entender lo que realmente cuesta llevar a cabo un proyecto de investigación en biomedicina. Creo que así puede comprenderse mejor lo que representan los presupuestos dedicados a la investigación por entidades públicas o privadas, las campañas solidarias llevadas a cabo heroicamente por asociaciones de pacientes o por grupos afectados por una determinada enfermedad, las colectas de fondos, las donaciones, etc… En definitiva, las iniciativas varias en favor de la ciencia. Y creo que puede servir para poner en valor lo que significa que estas iniciativas consigan miles, centenares de miles o quizás millones de euros para invertir en proyectos científicos en biomedicina.
Tras muchos años liderando proyectos de investigación y también evaluando proyectos para diversas fundaciones, agencias y administraciones nacionales e internacionales, he pensado que podría ser interesante compartir lo que yo considero que podría costar un proyecto “tipo” en el ámbito de la biomedicina, que es el que conozco.
El coste de un proyecto de investigación en biomedicina depende de muchos factores. Entre otros depende del número de años necesarios para su ejecución (suelen ser proyectos de 3 años, pero los hay de 1 año y hasta de 5 años), del área concreta de investigación (inmunología, oncología, metabolismo, enfermedades raras, neurociencias, etc…), del tipo de experimentos que vayan a acometerse, del número de personas involucradas en el equipo, si es necesario o no adquirir nuevos instrumentos, si es necesario o no contratar a personas para llevar a cabo los objetivos del proyecto, si es necesario o no usar modelos animales, del centro en el cual vaya a ejecutarse el proyecto, de la existencia o no de servicios de apoyo a la investigación en el centro de ejecución, etc.. innumerables factores que pueden hacer variar el coste final del proyecto.
Sin embargo, a pesar de las variaciones consubstanciales a cualquier proyecto de investigación, lo cierto es que todo proyecto científico, también en biomedicina, consta de dos apartados principales: costes directos y costes indirectos.
Los costes directos incluyen los gastos de personal, de adquisición de instrumental o equipos, de fungibles o consumibles, de servicios de apoyo a la investigación, de viajes y otros gastos (gastos de publicación, de telefonía, correos y mensajería, etc…).
Los costes indirectos corresponden a un porcentaje de los costes directos (habitualmente en nuestro país este porcentaje es del 21% para los proyectos financiados desde el denominado Plan Nacional de I+D+i) y es la parte que las instituciones destinan para sufragar los gastos de funcionamiento y mantenimiento de los centros de investigación (luz, agua, gas, calefacción y ventilación, servicio de limpieza, servicio de seguridad, servicio de mantenimiento, de instrumentación, servicios de apoyo científicos y administrativos, personal de apoyo, etc…).
Supongamos un grupo de tamaño medio en un centro de investigación público español que solicita un proyecto de investigación de biomedicina para los próximos 3 años. El grupo estaría formado por unas 5 personas: un/a investigador/a principal, un/a técnico/a de investigación, un/a investigador/a postdoctoral y dos estudiantes de doctorado. Muy probablemente los salarios del investigador postdoctoral, del técnico y de alguno (o los dos) investigadores predoctorales estarán vinculados a los fondos de investigación, a proyectos científicos que son los que sufragan, en su mayor parte o en su totalidad, los gastos de funcionamiento del laboratorio.
El primer apartado a considerar dentro de los costes directos es el capítulo de personal. Hay que recordar que, en los organismos públicos de investigación, los salarios están establecidos institucionalmente. Y son idénticos para hombres y mujeres, naturalmente. Por ejemplo, en el CSIC para contratar un titulado superior (licenciado o graduado, sea doctor o no) el coste de contratación anual, incluyendo las 14 pagas y la cuota patronal de la Seguridad Social, es de unos 36.000 Euros. De forma similar, el coste anual para contratar un técnico de apoyo es de unos 23.000 Euros. Por lo tanto, si proponemos en el proyecto la contratación de un investigador y de un técnico durante los tres años, algo totalmente razonable para poder abordar un nuevo proyecto de investigación en condiciones óptimas, entonces el coste de personal se nos pone ya en: (36.000 x 3) + (23.000 x 3) = 177.000 Euros.
¡Casi 180.000 Euros en Personal… y todavía no hemos gastado nada más ni hemos empezado a hacer ningún experimento! Este es el mundo real, con números reales.
Es probable que tengamos que adquirir algún instrumento específico, algún equipo que no tengamos o que debamos reemplazar o actualizar. Quizás una centrifuga de tamaño medio, un microscopio sencillo o un equipo de análisis de muestras. Aquí los precios pueden ser muy variables, pero algo razonable, para un equipo medio, sería presupuestar unos 30.000 Euros para la adquisición de estos equipos que son necesarios para abordar el proyecto de investigación en condiciones óptimas.
Seguidamente hay que contemplar los gastos fungibles, los denominados consumibles: material de plástico, de vidrio, reactivos varios de biología celular y biología molecular, productos químicos, kits para su uso inmediato, anticuerpos, medios de cultivo para las células, etc… De nuevo este capítulo puede ser muy variable, pero de nuevo, algo razonable, por experiencia, que se ajusta bastante bien a los gastos reales anuales promedio de un grupo de investigación en biomedicina, es considerar un gasto de 6.000 Euros por persona y año. Es decir, para un grupo de 5 personas le correspondería un presupuesto estimado de consumibles de 6.000 x 5 = 30.000 Euros/año, y, por lo tanto, para 3 años este apartado se elevaría a 90.000 Euros.
Supongamos que el grupo de investigación en biomedicina va a generar y utilizar modelos animales en el servicio de animalario del centro, y, además, va a requerir los servicios de genómica, de microscopía, de citometría, de histología y otros de apoyo a la investigación en el centro. Estos gastos pueden llegar a ser muy importantes, en particular los de generación y mantenimiento de modelos animales (generalmente ratones). Una cantidad mensual razonable para este capítulo de servicios sería de por lo menos 2.800 Euros al mes (de los cuales un 80% pueden perfectamente corresponder a los gastos de animalario). Con estos valores este gasto en servicios representa, para un proyecto de 3 años, 2.800 x 12 x 3 = 100.800 Euros.
Deberemos considerar un presupuesto para viajes, para la asistencia a reuniones nacionales e internacionales donde presentar los resultados que se obtienen y donde enterarse o ponerse al día de lo que están haciendo otros grupos que trabajan en temas similares o relacionados. La asistencia regular a estos congresos, cursos o talleres es esencial para mantenerse regularmente informado de cómo evoluciona un campo determinado, las técnicas que se están usando, las que ya han quedado obsoletas, descubrir nuevas ideas, etc… Asumiendo que una persona del grupo puede ir a una reunión internacional y otra a una reunión nacional por año, y asumiendo que un coste razonable de registro, viaje, alojamiento y dietas para una reunión internacional es de 1.750 Euros, y para una reunión nacional es de hasta 750 Euros, este apartado correspondería a unos 2.500 Euros por año, o un total de 7.500 Euros para los tres años.
Finalmente, también habrá que considerar un apartado relativamente indeterminado de “otros gastos”, en el que incluiremos los gastos de telefonía, mensajería, correos, gastos para tramitar patentes, gastos de publicación, gastos de revisión de manuscritos, etc… Este apartado puede suponer fácilmente unos 2.500 Euros al año. Por lo tanto, para 3 años este apartado sumaría por lo menos otros 7.500 Euros.
Si sumamos todas las cantidades anteriores completaremos el apartado de costes directos del proyecto. Así pues, sumando Personal (177.000 Euros), Equipos (30.000 Euros), Consumibles (90.000 Euros), Servicios (100.800 Euros), Viajes (7.500 Euros) y Otros gastos (7.500 Euros) nos saldrá una cifra de 412.800 Euros.
Para contemplar el apartado de costes indirectos calculamos el 21% de los costes directos previamente detallados. En el ejemplo considerado, para 412.800 Euros, el 21% representan 86.688 Euros.
Finalmente, el coste total de este ejemplo-tipo de proyecto de 3 años de investigación en biomedicina sería la suma de los costes directos e indirectos, es decir 412.800 + 86.688 = 499.488 Euros. Es decir, en números redondos, un proyecto ideal de biomedicina con una duración de 3 años en nuestro país desde un centro público de investigación realizado por un grupo de investigación de tamaño medio (5 personas) vendría a costar aproximadamente medio millón de euros. Aproximadamente unos 167.000 Euros por año.
De forma similar, si se dice que se destinarán 5 millones de euros a una iniciativa en Biomedicina y tenemos en cuenta el ejemplo anterior fácilmente se puede convertir esa cifra para llegar a deducir que son fondos suficientes para financiar óptimamente por lo menos unos 10 proyectos de investigación. Si fueran 50 millones de euros entonces la cantidad correspondería a unos 100 proyectos de investigación. 500 millones de euros darían para 1.000 proyectos de investigación.
El ejemplo anterior ilustra, en mi opinión, el coste lógico, razonable para la ejecución óptima de un proyecto de investigación en biomedicina de 3 años, en una situación ideal. Sin embargo, este no suele ser el importe habitual con el que se financian los proyectos de investigación.
Desafortunadamente, debido a la limitación en los fondos destinados a investigación, atendiendo también a la calidad científico-técnica de los proyectos (su impacto previsible en el campo y/o en la sociedad, la trayectoria del investigador principal, la del grupo), a la voluntad de intentar financiar el máximo número de proyectos de investigación con el máximo posible de financiación, y todo ello en función del presupuesto global disponible, lo que en realidad sucede es que pocos proyectos financiados apenas llegan o superan la mitad del ideal calculado, esto es, unos 250.000 Euros. Y, generalmente, la mayoría acaban financiándose por debajo de esa cifra, con importes de alrededor de 150.000-180.000 Euros, o incluso cantidades inferiores.
¿Qué se puede hacer cuando se reciben menos fondos que los inicialmente presupuestados para ejecutar el proyecto de investigación? Lo primero que la agencia financiadora asume y pide al investigador principal es que el grupo deberá poder acometer todos los objetivos que pretendía con una financiación sensiblemente inferior, aunque parezca bastante obvio que es prácticamente imposible. No queda otra que activar la imaginación, la austeridad y los sacrificios. Y por supuesto acudir a otras agencias o fuentes de financiación con otro proyecto, más o menos relacionado, para compensar el déficit presupuestario. Aunque con ello estemos comprometiendo el tiempo de escritura, desarrollo y justificación de diversos pequeños proyectos (y, sobre todo, el tiempo administrativo, la burocracia que requiere cada uno de ellos), tiempo que el investigador principal deja de poder destinar a los aspectos directamente relacionados con la investigación.
¿Qué hacemos con 180.000 Euros para 3 años cuando nuestro proyecto estaba presupuestado en 500.000 Euros? Para empezar, hay que tener en cuenta que no recibiremos 180.000 Euros, sino unos 150.000 Euros (exactamente 148.760 Euros), tras detraer el 21% de costes indirectos. Esto corresponde aproximadamente a 50.000 Euros de gastos directos por año.
Para recortar el presupuesto, lo primero que tendremos que revisar es el capítulo de Personal. Ya no va a ser posible contratar al técnico, y ya no vamos a poder contratar al investigador que pretendíamos durante 3 años. A lo sumo podremos contratarle por 1 año, es decir 36.000 Euros. Seguidamente, ya no compraremos ningún equipo nuevo. Nos apañaremos con los que tenemos o usaremos los equipos de nuestros colaboradores. Tendremos que apretarnos el cinturón y gastar mucho menos por persona y año, quizás la mitad (3.000 Euros/persona/año, para un grupo de 5 personas, 45.000 Euros).
También tendremos que limitar mucho los gastos de servicios, y, en particular, disminuir significativamente los gastos de nuestro animalario, a aproximadamente un total de servicios de 20.000 Euros por año, que corresponde a 60.000 Euros para los 3 años. Sumando estas cantidades: 36.000 + 45.000 + 60.000 = 141.000 Euros nos quedarían unos 9.000 Euros para viajes y otros gastos. Ya no podremos hacer todos los viajes que teníamos previstos, quizás solamente uno internacional y tres nacionales, por un total de 4.000 Euros. Y nos quedarían 5.000 Euros para los 3 años para “otros gastos”.
Ahora quizás se entiendan mejor las reacciones agridulces que se suceden en los centros de investigación cuando se conocen las listas de los proyectos financiados. En primer lugar, en el mejor de los casos, la alegría de saber que tu proyecto está en la lista de los seleccionados, de los propuestos para su financiación. E inmediatamente después, la tristeza y la preocupación, al constatar que la cantidad asignada es sensiblemente inferior a la que fue inicialmente presupuestada y, por ello, deberemos acometer fuertes ajustes económicos a nuestro proyecto, recortando aquí y allá, para poder ejecutar gran parte de los objetivos previstos.
Una persona no relacionada con la investigación puede que no comprenda el por qué de la aparente mezcla de alegría, tristeza y preocupación de un investigador al que le acaban de otorgar 180.000 Euros para los próximos 3 años, cuando probablemente lo que ocurra es que el coste presupuestado para el proyecto era bastante mayor, y lo que preocupa ahora al investigador es cómo abordar los experimentos planeados con una menor financiación.
Este artículo lo publiqué inicialmente en el Cuaderno de Cultura Científica de la Cátedra de Cultura Científica de la Universidad del País Vasco el 23 de febrero de 2018.
Perfecta y deliciosamente escrito, quizás hasta optimista ya que hay instituciones que cargan hasta un 40% de costes indirectos.
Gracias Iñaki, efectivamente el porcentaje de costes indirectos es muy variable entre instituciones y países, y puede llegar (y hasta superar) el 100% en algunos casos.