Una estupenda comida transgénica

Por Lluis Montoliu, el 18 agosto, 2021. Categoría(s): divulgación científica • genética • historia de la ciencia • transgénesis ✎ 2
El chef Roger Praplan (Santa Rosa, CA, EE.UU.) dispuesto a cocinar una comida con productos transgénicos, organizada por Alison Van Eenennaam (UC Davis) en su casa para celebrar la aprobación del consumo del salmón AquAdvantage (Imagen tomada del vídeo «Thirty years in the Making» del canal de YouTube de Alison Van Eenennaam).

El pasado día 8 de agosto de 2021 mi colega y amiga Alison Van Eenennaam, biotecnóloga de la Universidad de California en Davis (CA, EE.UU.) celebró en su casa una comida imposible de celebrar hoy en día en Europa. Invitó a todos sus colaboradores, amigos y colegas del Departamento de Ciencia Animal (entre ellos Jim Murray, Elisabeth Maga…), expertos en biotecnología animal y vegetal, a una comida en la que se iban a consumir solamente productos derivados de animales o plantas genéticamente modificadas (OMG, organismos modificados genéticamente), es decir, alimentos transgénicos. Y todos ellos evaluados, analizados y finalmente aprobados para su consumo humano en EE.UU. Vamos, lo que se llamaría una verdadera «comida transgénica«.

La comida tenía como plato principal el tantas veces anunciado y largamente esperado salmón transgénico AquAdvantage, producido por la empresa AquaBounty, que simplemente crece el doble de rápido que los salmones no transgénicos, siendo absolutamente indistinguible de ellos en todo lo demás. Tras múltiples retrasos y bloqueos finalmente se ha anunciado que ya es posible adquirir este salmón en las tiendas de EE.UU. Podéis revisar diversos artículos en este mismo blog en los que he hablado de la ciencia que hay detrás de este salmón y del larguísimo proceso regulador que ha tenido que afrontar este salmón, descrito originalmente hace más de 30 años, hasta poder ser aprobado para el consumo. Sin duda el alimento para consumo humano más revisado, analizado y evaluado innumerables veces, a la búsqueda de supuestos problemas que nunca se encontraron, por lo que, finalmente, fue autorizado para consumo humano por la FDA el 15 de abril de 2020.

La comida fue fotografiada y grabada en vídeo, y este finalmente publicado en el canal de YouTube de Alison Van Eenennaam el día 11 de agosto de 2021, con un título que hacía precisamente referencia a los 30 años que había costado poder celebrar esta comida: Thirty Years in the Making.

En la comida se prepararon y consumieron los siguientes alimentos transgénicos o derivados de organismos transgénicos GM, todos aprobados para su consumo en California, EE.UU.:

Esta comida organizada hace unos días en California no debería ser noticia, pero lo es, y muy especial. Treinta años ha tenido que esperar Alison para poder celebrarla.

Gracias a la biotecnología tenemos la posibilidad de producir alimentos a partir de animales o plantas modificadas genéticamente, que son más resistentes a plagas (maíz, papaya), que crecen más rápido (salmones), que no se echan a perder rápidamente y se mantienen sin oxidarse más tiempo (patatas), que le aportan características organolépticas o dietéticas adicionales al alimento (sea una piña, un aceite o una cerveza). Las autoridades deben velar para garantizar que los productos alimentarios que se ponen a la venta son adecuados para el consumo humano y sostenibles para con el medio ambiente. Y, a partir de aquí, es el consumidor quien, con toda la información en su poder, debe poder decidir libremente si consume estos productos o prefiere seguir consumiendo alimentos tradicionales, también producto de la biotecnología, pero obtenidos con técnicas clásicas. Y esto no debería ser un problema. Y no lo es en EE.UU., donde ya es posible celebrar estas comidas. Nutritivamente hablando un salmón transgénico y un no transgénico son equivalentes, lo mismo con la papaya. Pero gracias a que el salmón transgénico es más eficiente aprovechando la comida e invierte la mitad del tiempo en crecer, facilita el consiguiente ahorro y optimización de su producción y disminuye su huella de carbono. Y gracias a que la papaya es resistente al virus que estuvo a punto de eliminarla podemos seguir disfrutando de esta fruta.

Pero todo esto sigue siendo un gran problema en Europa, donde no tenemos aprobados para el consumo humano ninguno de estos productos que se sirvieron en esta comida. Y esto es lo que debería preocuparnos. Bloquear la biotecnología como hacemos en Europa, sin base científica, y dejar pasar de largo la innovación nos alejará cada vez más del resto del mundo, donde sus ciudadanos podrán tener la libertad de escoger entre diversos productos, obtenidos con las últimas tecnologías biotecnológicas o derivados de la biotecnología clásica. Todo lo que consumimos actualmente, incluidas las variedades derivadas de cultivos tradicionales, es producto de la biotecnología, no nos engañemos.



2 Comentarios

  1. Y si en Europa hubiese alguna motivación racional y razonada podría tener un pase, pero los motivos son irracionales e irrazonados.
    Magufos, en una palabra

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